Piensa en tus clientes activos y potenciales como si estuvieras en una relación, esto hará que todo fluya mejor.

Piensa que son una parte relevante de tu compañía y negocio

Los clientes no deben ser vistos como quienes compran y proveen de dinero a nuestro negocio. Es necesario entablar una relación cercana con ellos. Ya que esto traerá mayores réditos a futuro. Además, los clientes ayudarán a mejorar la buena imagen de nuestra compañía con sus comentarios y recomendaciones.

Brindales experiencias personalizadas

Sigue al detalle a tus clientes. Aprende a conocer sus gustos y preferencias. Así podrás ofrecerles nuevos productos, servicios o contenidos que sean de su agrado. Esto hará que se sientan especiales. Que vean que no es necesario que ellos busquen o investiguen porque tu estás dispuesto a atenderlos.

Un pequeño detalle puede traer grandes ganancias

Permite que conozcan y prueben tus productos o servicios de forma gratuita. Dar pruebas puede parecer a simple vista una perdida de dinero. Pero si lo piensas a futuro es la oportunidad de abrir nuevos mercados. Además ellos se sentirán complacidos al ver que los tienes en cuenta y no solo los buscas por su dinero.

Por querer impresionar puedes desinformar

Debes hablar el mismo idioma de los clientes. En ocasiones se piensa que utilizando términos extraños se llamará más la atención. Pero esto lo que hace en verdad es distraer a tu cliente y hacer que pierda el interés. Explica con conceptos sencillos y ejemplifica lo que ofreces en el mundo real según su contexto.

Es importante escuchar lo que tienen por decirte y mostrar interés

Al igual que con las relaciones de amistad, familia o pareja la comunicación es fundamental. Permite que tus clientes opinen, se expresen. Hazles saber que estás atento a sus comentarios. Cuando los clientes se sienten escuchados valoran más a la marca porque son participes de su crecimiento y en caso de alguna falla será más fácil solucionarla.