El enigma de BitCoin
Satoshi Nakamoto es el fundador de BitCoin, una empresa que hoy se estima con un valor de 4000 mil millones de dólares, pero nadie ha escuchado su voz, ni lo ha visto, ni lo han escuchado. Parece una sombra y más si se piensa que en cuenta puede haber varios millones de dólares en bitcoin, que no han sido tocados.
Esa moneda digital es un sistema de dinero network que funciona por bloques, que es en términos sencillos, una contabilidad pública compartida en la que se basa toda la red Bitcoin. Lo interesante de este asunto es que, este sistema es de P2P (Peer to Peer), lo que sirve para registrar las transacciones y utiliza la criptografía para proveer funciones de seguridad básicas, tales como garantizar que las bitcoins solo puedan ser gastadas por su dueño, y nunca más de una vez. Esto significa que hay una alternativa diferente a las entidades financieras para realizar pagos.
Una alternativa de e-commerce que logra generar nuevas posibilidades de hacer comercio. Nakamoto es el gran enigma de todo esto. A pesar de tener un nombre claramente asiático, no es clara su nacionalidad, ni de dónde proviene. A pesar de esto, existe el documento original en el que explica bitcoin, firmado con su nombre y correo (https://bitcoin.org/files/bitcoin-paper/bitcoin_es_latam.pdf ). A ese correo habían llegado comunicados con sus asesores y colaboradores más cercanos, como Gavin Andressen, con quien intercambió mensajes por más de dos años, hasta que un día, Nakamoto respondió un correo diciendo que se dedicaría a otra cosa.
Simplemente dejó el proyecto (que hoy prevé, reemplazará la modena convencional) y nadie sabe de su paradero. Lo extraño es que la manera en la que lanzó bitcoin, nunca estuvo precedida por algún producto o documento hecho en japonés, de donde supuestamente es. Todo fue en inglés, por lo que se piensa, es un alias que encubriría a alguna organización.
Uno de sus colaboradores, Alex Preukschat, es que “Lo relevante es la comunidad de personas involucradas. Eso se aplica también a la democracia, que solo puede ser igual de buena como lo es la calidad de las personas que la componen. En los proyectos p2p pasa de una forma más pronunciada: todos sus miembros constituyen la fuerza”.
